Josep Senabre

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jueves, 23 de enero de 2014

Energías renovables. Textos II

Eficiencia energética y energías renovables cristóbal r. román bustos y antonio cebrián picó 29.06.2013 | 18:34 Periódico información. El precio de la energía ha aumentado significativamente en los últimos años en España. Tanto las familias como las empresas han visto crecer su factura eléctrica muy por encima del IPC. En algunos casos, como en el sector hotelero, el gasto energético puede alcanzar el 8% del coste total de mantenimiento del negocio. Este hecho, es sin duda un lastre para las empresas, especialmente preocupante por lo que supone el turismo en nuestra comunidad. Un precio elevado de la energía no solo afecta a la industria o al comercio, sino a las familias con menores rentas, las cuales observan con incredulidad las subidas anuales. Paradójicamente, el alto coste de la energía favorece el ahorro energético y por ende el cuidado del planeta, ya que se trata de una medida coercitiva. Sin embargo, no es el camino a seguir para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero. Una apuesta decidida por la eficiencia energética y las energías renovables sí puede contrarrestar el previsible calentamiento global de la Tierra. Tenemos un número total de horas de sol envidiable para seguir desarrollando la energía térmica y fotovoltaica. Una ingente longitud de costa para implantar energía eólica y geotérmica, y una orografía inmejorable para avanzar en los proyectos eólicos. Además, disponemos de una notable extensión de terreno forestal y agrícola susceptible de ser gestionado para su aprovechamiento como biomasa, biocombustible, etcétera. El incremento de la producción eléctrica renovable debe ser un acicate para impulsar el vehículo eléctrico, o para eliminar progresivamente las centrales nucleares o de carbón. En este sentido, Alemania ya ha anunciado la parada gradual de los reactores nucleares. Por otra parte, en los últimos años ha avanzado considerablemente la tecnología industrial. En iluminación, por ejemplo, ya es muy competitivo el led, alcanzando en algunos casos una disminución del consumo eléctrico de más del 80%. Con la implementación de equipos y máquinas más eficaces, se consiguen ahorros energéticos muy atractivos, redundando con ello en la mejora de la competitividad de nuestras empresas. Sin olvidar algo tan importante como es nuestra dependencia exterior del petróleo. Por ello, la administración debe estimular e incentivar a empresas y particulares para que inviertan en energías renovables y tecnologías más eficientes. Porque sin duda estaremos cimentando una economía más competitiva, más diversificada y más rica. Un nuevo modelo que debería haber nacido en décadas anteriores, pero que se vio eclipsado por el boom inmobiliario.

Josep Senabre

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