Josep Senabre

Josep Senabre

viernes, 22 de febrero de 2013

Pregunta 4 del examen del transporte



4. Con las conclusiones que haya obtenido en las cuestiones anteriores y con sus propios conocimientos, explique los desequilibrios del sistema de transporte terrestre en España, sus nuevas tendencias y las principales redes y corredores de tráfico.

            Los desequilibrios del sistema de transporte terrestre en España son de una naturaleza muy variada dado que vienen desde el siglo XVIII, con la formación del sistema radial de carreteras de Carlos III.
            En primer lugar, hay que decir que los principales desequilibrios se deben a dos factores principales: la densidad y la intensidad del tráfico, conforme observamos en el DOCUMENTO 2 facilitado en el examen.
            En cuanto a la densidad de carreteras, los principales porcentajes se dan en el Norte peninsular, en las Islas Canarias, en las Islas Baleares, en la Comunidad de Madrid y en Ceuta y Melilla. Esto se debe al poblamiento disperso del norte y al gran número de carreteras que se concentran en espacios relativamente reducidos (a comparación con los peninsulares) como los de los dos archipiélagos y ambas ciudades autónomas. En el caso de Madrid, la densidad se debe al factor de capitalidad del Estado, tanto política como administrativa.
            La intensidad del tráfico es mayor en los actuales ejes de desarrollo económico (Eje del Ebro, Eje del Mediterráneo, Eje Andaluz, Eje interior de Castilla y León) y, nuevamente, en Madrid. Esto responde a que, como las principales actividades económicas del estado (turismo, industria, tecnología, empresas innovadoras, I+D+I) se concentran en estos ejes, también lo hace la población activa ocupada, que es quien realiza la mayoría de estos desplazamientos por motivos de trabajo o vivienda.
            Así, el sistema radial que Carlos III creó para poder comunicar su capital (Madrid) con las principales zonas de astilleros de España en la segunda mitad del siglo XVIII (El Ferrol, Santander-Bilbao, Cartagena, Algeciras, Barcelona y una salida a Portugal), es el principal escollo con el que se encuentra el sistema de trasporte de carretera español. El motivo es que el sistema radial antiguo no se corresponde con los nuevos ejes de desarrollo, por lo que es necesario revisar todas las infraestructuras y comunicar zonas que apenas estaban conectadas.
            Por tanto, los desequilibrios en comunicaciones afectan a zonas que no tenían ningún interés económico o estratégico, como el este de Andalucía, el SO de Extremadura o las provincias de Teruel, y Guadalajara en el este y las de Salamanca y Zamora en el oeste.

            En segundo lugar, hay que indicar que las nuevas tendencias que sigue el Estado Español y las Comunidades Autónomas son las de extender el tejido de carreteras a todas aquellas zonas más deprimidas económicamente y que cuentan con menos recursos, como el interior de Extremadura o Andalucía.
            Además, se trata de crear carreteras de calidad, con un trazado superior a 7 m y con pistas de aglomerado asfáltico, para que estas zonas dispongan de una buena accesibilidad.
            Por otra parte, el Estado también trata de evitar que las zonas desarrolladas queden incomunicadas. Es el caso del eje mediterráneo, que se intenta conectar con el corredor mediterráneo a nivel europeo. Además, aunque esta tendencia se inició en los años ’80 del siglo XX, también se está dotando de buenas infraestructuras a zonas en desarrollo como el corredor del Ebro, el eje andaluz o el eje castellano-leonés.

            En tercer y último lugar, hay que destacar que, pese a los esfuerzos estatales y autonómicos, las principales redes y corredores de tráfico se siguen concentrando en los ejes de desarrollo y en las áreas metropolitanas de las grandes ciudades españolas, como Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Zaragoza y Bilbao, que cada vez cuentan con mejores infraestructuras.
            También se concentran las principales redes en las periferias y coronas urbanas de estas áreas metropolitanas y, en menor medida, en las ciudades medias como Alicante, San Sebastián, Girona o Málaga.

            En resumen, hemos de destacar que, pese a los esfuerzos de los organismos oficiales, España cuenta con un tejido de transportes muy concentrado en los principales ejes y polos de desarrollo. Esto hace que los desequilibrios sean patentes y muy difíciles de solucionar.

Josep Senabre

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