4. Con las
conclusiones que haya obtenido en las cuestiones anteriores y con sus propios
conocimientos, explique los desequilibrios del sistema de transporte terrestre
en España, sus nuevas tendencias y las principales redes y corredores de
tráfico.
Los desequilibrios del sistema de
transporte terrestre en España son de una naturaleza muy variada dado que
vienen desde el siglo XVIII, con la formación del sistema radial de carreteras
de Carlos III.
En primer lugar, hay que decir que
los principales desequilibrios se deben a dos factores principales: la densidad
y la intensidad del tráfico, conforme observamos en el DOCUMENTO 2 facilitado
en el examen.
En cuanto a la densidad de
carreteras, los principales porcentajes se dan en el Norte peninsular, en las
Islas Canarias, en las Islas Baleares, en la Comunidad de Madrid y en Ceuta y
Melilla. Esto se debe al poblamiento disperso del norte y al gran número de
carreteras que se concentran en espacios relativamente reducidos (a comparación
con los peninsulares) como los de los dos archipiélagos y ambas ciudades
autónomas. En el caso de Madrid, la densidad se debe al factor de capitalidad
del Estado, tanto política como administrativa.
La intensidad del tráfico es mayor
en los actuales ejes de desarrollo económico (Eje del Ebro, Eje del
Mediterráneo, Eje Andaluz, Eje interior de Castilla y León) y, nuevamente, en
Madrid. Esto responde a que, como las principales actividades económicas del
estado (turismo, industria, tecnología, empresas innovadoras, I+D+I) se
concentran en estos ejes, también lo hace la población activa ocupada, que es
quien realiza la mayoría de estos desplazamientos por motivos de trabajo o
vivienda.
Así, el sistema radial que Carlos
III creó para poder comunicar su capital (Madrid) con las principales zonas de
astilleros de España en la segunda mitad del siglo XVIII (El Ferrol,
Santander-Bilbao, Cartagena, Algeciras, Barcelona y una salida a Portugal), es
el principal escollo con el que se encuentra el sistema de trasporte de
carretera español. El motivo es que el sistema radial antiguo no se corresponde
con los nuevos ejes de desarrollo, por lo que es necesario revisar todas las
infraestructuras y comunicar zonas que apenas estaban conectadas.
Por tanto, los desequilibrios en
comunicaciones afectan a zonas que no tenían ningún interés económico o
estratégico, como el este de Andalucía, el SO de Extremadura o las provincias
de Teruel, y Guadalajara en el este y las de Salamanca y Zamora en el oeste.
En segundo lugar, hay que indicar
que las nuevas tendencias que sigue el Estado Español y las Comunidades
Autónomas son las de extender el tejido de carreteras a todas aquellas zonas
más deprimidas económicamente y que cuentan con menos recursos, como el
interior de Extremadura o Andalucía.
Además, se trata de crear carreteras
de calidad, con un trazado superior a 7 m y con pistas de aglomerado asfáltico,
para que estas zonas dispongan de una buena accesibilidad.
Por otra parte, el Estado también
trata de evitar que las zonas desarrolladas queden incomunicadas. Es el caso del
eje mediterráneo, que se intenta conectar con el corredor mediterráneo a nivel
europeo. Además, aunque esta tendencia se inició en los años ’80 del siglo XX,
también se está dotando de buenas infraestructuras a zonas en desarrollo como
el corredor del Ebro, el eje andaluz o el eje castellano-leonés.
En tercer y último lugar, hay que
destacar que, pese a los esfuerzos estatales y autonómicos, las principales
redes y corredores de tráfico se siguen concentrando en los ejes de desarrollo
y en las áreas metropolitanas de las grandes ciudades españolas, como Madrid,
Barcelona, Valencia, Sevilla, Zaragoza y Bilbao, que cada vez cuentan con
mejores infraestructuras.
También se concentran las
principales redes en las periferias y coronas urbanas de estas áreas
metropolitanas y, en menor medida, en las ciudades medias como Alicante, San
Sebastián, Girona o Málaga.
En resumen, hemos de destacar que,
pese a los esfuerzos de los organismos oficiales, España cuenta con un tejido
de transportes muy concentrado en los principales ejes y polos de desarrollo.
Esto hace que los desequilibrios sean patentes y muy difíciles de solucionar.